martes, 11 de agosto de 2009

Tenía yo un anhelo
tenía una ilusión
tenía tan sólo un deseo:
que me entregaras tu amor.
Tenía un deseo tan bello, pero imposible.
Era un sueño tan dulce que lo más sublime no lo podría igualar.
Era un anhelo demasiado inmenso para hacerse realidad.
Tenía un sueño, pero hoy ya no lo tengo más
mi corazón ha muerto
y mi alma se ahogará en el mar oscuro de la fatalidad.

1 comentario:

Favio dijo...

intenso...



nunca se debe perder la ilusión :)