miércoles, 9 de junio de 2010

Caminaba sin percatarse de la vida,
sonreía en silencio y me acompañaba por la avenida,
mientras su mochila seguía su compáz con la música que el viento le imponía.

Lo recuerdo como si fuera ayer, pese a los años que han pasado...
Yo me abrazaba a él, mientras sus pasos me llevaban a soñar,
él era mi esperanza, mis ganas de luchar.

Lo soñaba mientras recordaba la suavidad de sus castaños cabellos
lo lloraba al recordar que ni un beso de su boca había sido mío.

Era altanero al mundo,
era frágil, era perfecto.

Era alto y de piel color marfil
era amable, era tierno,
era veneno perfecto para mí.

Más frágil que cristal fue su presencia junto a mí,
y un día simplemente me dejo sola dejándome morir
-pobre de mí-
Me dejo sola mientras la lluvia mojaba mi cuerpo
y se llevaba mis ganas de vivir.

Y ahora sé que yo nunca signifique nada para él.



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