sábado, 30 de abril de 2011

La observó pasar con aquel vestido de gaza que había usado para la primera cita que desencadenó en esa monstruosa relación.
Pasaba sonriente hacia el encuentro de otro hombre.
Él la odio y en un arranque de ira se acercó a ella y sujetó su hermoso cuello hasta que escapara el último hálito de vida de ese miserable ser superficial.

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