viernes, 16 de enero de 2009

El día soñado.

Era el día que Tatiana tanto había esperado, el día en que lo conocería.
Habían pasado ya como dos años desde que comenzaron a comunicarse por internet y después de muchos intentos fallidos como la vez en que ella fue por motivos de trabajo a Trujillo un solo día y lo contacto y él justo estaba en examen y lo que ella había esperado como el día soñado quedo enada.

Pero eso ya no importaba por que por fin había llegado el día en que se verían cara a cara aunque eso no le importaba a ella mucho pues ella ya lo amaba y eso no cambiaría así él tubiera tres ojos ella temía la reacción de él al conocerla.

Mientras ella pensaba que ponerse con más insistencia se daba cuenta lo intensamente enamorada que estaba de Harold, de cada una de sus palabras ;de sus risas, de su voz . Tal era el punto de ilusión que ella tenía que hasta pensaba que él era el hombre con el que había soñado toda su vida, el hombre con el cual algún día se casaría pues como toda mujer incluso hata la más amargada albergaba la ilusión del amor eterno un amor que algún día llegaría a su vida llenándola de luz y de felicidad.

Mientras maquillaba su rostro, peinaba su cabello con el mayor cuidado posible, esperaba con más ansias la hora indicada .

Ya ha pasado lo peor pensó ahora el vestido y depsués de desarreglar toda su habitación sacando toda la ropa que tenía se había decidido por el vestido azul.

Cuando ya se puso los zapatos plateados y miro como diez veces en el espejo para encontrar alguna falla recordó la primera vez que él la había llamdo por teléfono mientras ella estaba en una reunión de amigas.
- Hola
- Hola soy Harold
- Vaya no pensé que me llamarías tan pronto
-Quería escuchar tu voz
Wooooooooo
- jaja ¿Qué es ese ruido?
- Mis amigas jaja
-Bueno salúdalas de mi parte
Hola Harold!! - dijeron al unisono Lorena, María y Karen
- Creo que tus amigas no nos dejaran hablar no puedes ir a un lugar un poco más intimo
Mientras acudía al cuarto dejádolas reclamando por mi huida, pedía a Dios que no se notara la taquicardia que amenazaba con desmayarme.
- Ya esta ¿y cómo te ha ido el día?
- Bueno lo común la universidad el trabajo y pensar en ti todo el día. Anhelo de verdad el 27 del mes q viene para conocerte.
-Y yo a ti, eres muy importante para mi
-Te escribí una canción y me gustaría cantátela no tengo buena voz , pero haré el intento ¿puedo?
-Comienza
"Una mañana en el parque te veré por primera vez y suspiraré por tus ojos color miel
sonreíre al verte sonreir y adornaré con rosas tus manos
me acercare a tu rostro y al tener tus manos en mi piel
sabré por que Dios me hizo nacer"

Después de un breve silencio solo atino a decir "es la canción más bonita que he escuchado, gracias"
Lo demás de la conversación oscilo por la familia y las frases amorosas.

Y esa tan solo fue la primera de muchas llamadas.

Ya solo faltaba una hora asíq ue tomo la cartera y salio con una felicidad en la que no cabía en la calle choco con un señor y le pidio disculpas con un rostro que enmudecio al hombre y se paso sin decir nada.

Cuando entro al local él aún no había llegado, pero no se alarmo .confiaba mucho en él.

Paso una hora mientras ella terminaba ya la segunda botella de agua entonces lo llamo y depues de cuatro llamadas perdidas por fin él contesto.
-¿Dónde estas? Hace una hora que te estoy esperando.
-¿Cón quién hablo?
-Tatiana
-Hmm a que tal
-Lo olvidaste - callo de repente para no dejar notar que la voz se le había quebrado mientras las lágrimas manchaban su rostro arruinando el maquillaje .
-Perdón no te pude llamar ayer para decirte que no podré viajar
-Esta bien ya no importa.Adios - y sin esperar una respuesta colgo.

¿Por qué él había sido capaz de hacerle eso? ¿por qué le hizo creer que realmente sentía algo especial por ella?

Mientras su cabeza se llenaba de mil preguntas sin respuesta se acerco el mozo que al verla llorar pensóa en ayudarla.
-Señorita necesita..
-Una copa de vino tinto por favor - corto ella .
Y así termino el gran día con ella tomando como dos botellas enteras de vino para desfogarse y después pidiendo un filete y con un Harold que , la miraba desde fuera del local sin atreverse a volver a llamarla para disculparse por no haberle dicho que era casado.

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