Besos en la penumbra,
que ganan a la gravedad
con un toque de malicia
y mucho de bondad.
Besos deliciosos,
de tu boca a la mía
de margaritas y caramelos
endulzados con la melancolía.
Besos ocultos, escondidos,
besos perfectos que me hacen perder la cordura.
Besos benditos que me dan la vida
y a la vez extraen de mi alma
un pedacito cada día.
Besos prohibidos y vedados,
talves por perfectos
talves por malvados;
o simplemente por ser demasiado.
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