sábado, 28 de junio de 2008

Extraña


Y una noche de luna nueva me entregué a la muerte de tus brazos

me entregué al veneno de tu boca

me entregué a la fuerza de tus manos.


Fui tuya, solo tuya

tus manos se llevarón la inociencia

y en la tumba de tu cuerpo murió la niña

y tu aliento mortal dió vida a la mujer.


Fui tuya, sólo tuya

y creó que aún lo soy

aunque no me hayas vuelto a dar

la muerte y la vida,

el dolor y la alegría,

la pasión y la muerte

de tu cuerpo.


Fui tuya, solo tuya

hasta mi ropa extraña tus manos

y también los botones que cayeron

aquel día.

Te extraña hasta mi almohada

te extraña mi piel

te extraña mi alma.

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