Me siento herida, humillada y destrozada;
es tu culpa este sentir.
Me duele el alma, el corazón sin esperanza;
es tu culpa este dolor tan agudo y lacerante.
Me siento fuerte con sed de venganza;
es mi orgullo herido esta mueca que intenta vanamente ser sonrisa
es el odio por ti que me da fuerza para seguir
por que -aunque lo niegue-
siempre, de alguna manera, sólo tu me das el don de vivir.
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