jueves, 22 de mayo de 2008

Conocí una niña tan dulce como la miel

tan suave como algodón tan risueña como un amanecer,

pero la vida le enseñó a cambiar

y le quito la alegría y le quitó su verdad

y ella ya no era la misma

ya no era la niña.



Cambió su sonrisa por seriedad

cambió su alegría por soledad

y cambió la vida por amargura

y de pronto se convirtió en mi yo.

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