Conocí una niña tan dulce como la miel
tan suave como algodón tan risueña como un amanecer,
pero la vida le enseñó a cambiar
y le quito la alegría y le quitó su verdad
y ella ya no era la misma
ya no era la niña.
Cambió su sonrisa por seriedad
cambió su alegría por soledad
y cambió la vida por amargura
y de pronto se convirtió en mi yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario