Deja que beba de tus labios rojos como sangre
las más dulces esperanzas
las más triztes ilusiones
de mi tonta añoranza.
Deja que de tu boca dulce como miel
beba el pérfido veneno
que me matay me da vida.
Deja que en tus brazos entierre mis miedos,
ellos, al sentir tu cuerpo tibio
huiran como pequeñas golodrinas.
Deja que mis manos se unan a las tuyas
por tan sólo un momento
por tan sólo instante
que para mi no será solo un instante
sino una eternidad
pues tener tus manos en las mías es tan bello
que el tiempo desaparece.
Deja que en un abrazo me una a ti
que mi alma al sentirte cerca entiende por que existe
por que ama, por que vive y por que con un simple adiós la matas.
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